El feminismo en JK Haru (is a Sex Worker in Another World)

 Holaaaaa ha pasado ya unos meses (creo?) desde la última entrada pero espero que estéis bien!


Recientemente he tenido mucho tiempo libre por *razones* (desempleo) y además de entrar en una vorágine desenfrenada de partidas de lol, literatura feminista (mido 1.73 por cierto) y ver streams de Huesoperro (es broma chiquets), he vuelto un poco a retomar la lectura de mangas que tenía aparcados de hace mucho tiempo.


Uno de esos mangas es JK Haru is a Sex Worker in Another World.

La portadita del primer tomo con Haru.

Disclaimer: Esta obra y este artículo van a tratar temas sensibles y no aptos para menores de 18 años, tales como la prostitución, el abuso sexual, la agresión sexual y derivados. Y suelo hacer estos blogs más tono humorístico pero esta vez será al contrario.


Su título original es JK Haru wa Isekai de Shoufu ni natta, traducida al inglés como JK Haru is a Sex Worker in Another World.

Las letras "JK" en japonés hacen referencia a "joshi kousei", que se traducirían como una estudiante femenina de secundaria, en concreto a chicas de entre los 15 y los 18 años.

Estas siglas también son utilizadas en el ámbito sexual, y es fácil suponer por qué la autora eligió ese término, sobretodo teniendo en cuenta la cultura misógina de Japón y el auge del JK Business en la década de los 2000 (un modelo de negocio donde los clientes pagaban por "interactuar"/"socializar" con chicas de instituto, donde muchas de estas interacciones, aparentemente inocentes, acababan en proposiciones sexuales por parte de los hombres).

Sobra imaginar cómo esta, digamos, "categoría social", y su fetichización pone a las chicas en el punto de mira no sólo de los hombres japoneses, sino de toda la cultura machista estructural existente. Pero aunque me parece un tema interesante (y terrorífico), hablemos de la obra que también tiene cosa.


ISEKAI FEMINISTA

(Van a haber spoilers de los primeros capítulos)

Pues JK Haru wa Isekai de Shouf- Creo que lo llamaré JK Haru y ya.


Pues JK Haru trata sobre Haru Koyama, una estudiante de secundaria que es atropellada por un camión junto con su compañero de clase, Seiji Chiba, y son transportados a otro mundo por magia divina. Un mundo de fantasía propio de los juegos RPG.

Ambos se reencuentran en el mundo de fantasía


Mientras que Chiba adopta el rol de aventurero, cazando monstruos, subiendo de nivel y disfrutando de la vida, Haru descubre que, en el mundo en el que está, las mujeres no tienen permitido tener ningún empleo respetable, ser aventureras o participar siquiera en ningún evento social o deporte (hay un capítulo específico sobre eso), de manera que se ve obligada a sobrevivir como trabajadora sexual.


La caracterización del hombre en esta escena es un indicativo del tono que nos vamos a encontrar en la obra.

En principio, se coloca a Haru como protagonista, narrando desde su punto de vista, intercambiándose ocasionalmente con sus amigas conforme avanza la trama.

En este mundo, las mujeres son tratadas como meros objetos sexuales, un mensaje que, de entrada, resuena fuerte en la portada de introducción del capítulo. Lo notamos en la ausencia de rasgos faciales del hombre, que ríe ante la expectativa del cuerpo desvestido de Haru. La caracterización del hombre como grotesca es una constante a lo largo de la obra.

Esta figura, por lo general, se presenta como monstruosa o despiadada, como ocurre con el hombre de la portada. Sin embargo, a veces también es delicada y blandita, prueba de ello es el personaje de Sumo, un "adorable" y "delicado" chico sin experiencia que "acude" a Haru. Si bien al principio ofrece una alta suma para "salvarla" de un grupo de hombres que abusaban de ella en plena taberna, una vez el problema se soluciona trata de reducir la suma y, posteriormente, acaba acudiendo a Haru muchas más veces. De esta forma la autora nos recuerda que Sumo sigue siendo un hombre.

Por último, y como vemos en Chiba, también puede ser patética y desdeñable.

En el fondo, todos contribuyen de una forma u otra a la constante opresión en la que se ven envueltas Haru y las demás chicas. Todos se aprovechan de su situación social para contratar los servicios de Haru, que, recordemos, no lo hace por gusto, sino porque no le queda otra.


El amable y delicado Sumo.

A veces incluso las propias mujeres se suman a perpetrar el estatus quo.


Las compañeras de Kiyori, amiga de Haru, tratándola de puta y avergonzándola por no ser virgen.




Todo esto da cuerpo a un mensaje que se reitera a lo largo de la obra, con cada situación, con cada personaje y con cada arco argumental. Es más, la autora lo trata con mucha naturalidad, sin intención de hacer ver a Haru como una víctima o un mártir, sino como una persona que simplemente busca hacerse sobrevivir en la sociedad que le ha tocado vivir, mostrando cómo nunca pierde la sonrisa a pesar de todo, cómo vive su vida, encuentra momentos felices en ese mar de violencia, hace amigas, etc, y todo ello en un mundo en el que ir a tomar una taza de té con sus amigas es un acto de rebeldía.
Haru tomando el té con sus amigas

Haru no es reducida a una mera trabajadora sexual, o es tratada de víctima lastimera, no se trata de la historia de cómo ella consigue sobreponerse a esta "nueva vida", sino de cómo Haru sigue siendo Haru y tiene sus motivos, aspiraciones y sentimientos (incluso la obra le da a la propia chica espacio para enamorarse), cómo se enfrenta a un mundo que trata de alienarla como persona. Y este mensaje no solo se plasma en la protagonista, sino en el resto de los personajes femeninos que aparecen en el resto de la historia.

Y es que el machismo es la norma, y no ocurre de forma aislada en este mundo porque sí, sino que la autora lo emplea como reflejo del "mundo real" a modo de crítica a la sociedad actual. Sin ir más lejos, Haru admite que ella misma había sido víctima de abuso sexual en su mundo, con menos de 16 años.

La autora, a través de Haru, trata de forma muy natural y casual el núcleo central de la obra para abordarlo desde una perspectiva crítica. No es normal que una chica de 15 años se haya acostado con 10 hombres.

Otro de los recursos que utiliza la obra como crítica son los hombres, que si bien lo he mencionado antes, voy a indagar más en el asunto, y concretamente en el "compañero" de la chica.

En este mundo, los hombres son los dominantes, los aventureros, los héroes. 

Y a pesar de ello, ellas tienen muy claro que no querrían ir a solas con ninguno al bosque.

El primer hombre que se presenta es Chiba, el compañero de clase de Haru.



En este punto, Haru explica quien es y cómo se conocieron.

En el primer momento en que se presenta, la chica nos cuenta que él también fue arrollado por el camión que los transportó a este mundo fantástico.

Narra que Chiba fue el primero en ver el camión, y que con un simple aviso podría haber salvado su vida, pero su ego masculino provocó que se lanzase a "salvarla", rodeándola con los brazos y causando sus muertes. Un intento de hacerse el héroe delante de las chicas que acabó en desgracia.

El accidente

Uno pensaría que este personaje, a pesar de todo, sería un compañero más para Haru, o incluso un apoyo emocional en la difícil situación en la que se encuentra, pero esta ilusión se rompe inmediatamente.

Haru explica que ellos dos nunca habían cruzado una sola palabra antes de ir al mundo, y la primera vez que la ve es para contratar sus servicios, aprovechándose así de su situación de ventaja social, prueba de que no la ve (y veía) como nada más que como un objeto, algo de lo que aprovecharse. Y es más, una vez acaban en la cama, Chiba le sugiere a Haru que debería cambiar de trabajo, proponiendo ser una esclava o, viendo la expresión de perplejidad de Haru, mejor una maid, como sugiriendo que podría procurar sus "servicios" a él exclusivamente.

También le dice que quiere contarle a sus amigos que ha tenido sexo con Haru, como si ella fuera un trofeo, algo de lo que presumir, frente al resto de sus amigos.

.......

Estas situaciones se repiten con todos los hombres: todos buscan comerle la oreja a Haru, todos buscan aprovecharse de ella, e incluso el más amable de ellos, en este mundo, se convierte en un lobo con piel de cordero.


A través de estas escenas y situaciones, la autora construye una crítica a una sociedad grotesca que utiliza como reflejo de la sociedad del mundo moderno.

Una de las protagonistas se adentra en el bosque demoníaco con su grupo, donde se da cuenta que son los monstruos quienes la acompañan.

Y aún a pesar de todo, la propia obra da espacio a los hombres para "redimirse" a sí mismos. Sumo tiene sus momentos, el propio Chiba también. Sin embargo, estos momentos de "corrección" vienen de la mano de las propias mujeres, que tienen que cargarse encima el peso de las acciones de los demás hombres. 

Todo sea dicho, esto lo hace desde el contexto del trabajo sexual, que, a pesar de que estos hombres tengan sus momentos de considerar a Haru y sus amigas como personas, no dejan de ser perpetradores del sistema de opresión, pues se deja caer que en ningún momento dejan de consumir prostitución.

Personalmente, me hubiera gustado que la autora explorara esto un poco más porque los hombres también tenemos que participar, escuchar y corregir. 

Aún así, es una obra muy interesante, con un mensaje muy poderoso y más que profundo.

Es el primer manga que leo que tiene una lectura tan feminista y desde luego voy a leer más.

10/10.





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