PERSONA 3 RELOAD. Sobre la muerte.
Hola amigos, soy Micho otra vez. Estos meses he estado trabajando y jugando cositas que tenía pendientes, y entre ellas ¡¡PERSONA 3 RELOAD, el aclamado juego de la saga Persona vuelve a nuestras pantallas con un lavado de cara!! me encanta el combate, las animaciones son increíbles...
Ejem.
El caso.
Que la semana pasada le metí caña porque se me acababa el game pass y tenía que termiarlo como fuere (toma uso del subjuntivo ahí to guapo).
Y amigas... ha sido una E X P E R I E N C I A.
Vamos al lío (con spoilers, eso sí):
Como expliqué en la última entrada, Persona 3 Reload es un juego que trata temas como la muerte, la pérdida, el duelo, el crecimiento personal, el hacerle frente a tu propio destino, etc.
Estos temas están cada uno muy presentes en diferentes momentos del juego.
Chidori confesándole a Junpei que ha aceptado y se ha resignado a su propia muerte.
Dicho esto, hoy quiero hablar sobre cómo trata el juego el sacrificio y esa aceptación y enfrentamiento contra la muerte del que hablaba la última vez.
CÓMO TRATA EL JUEGO EL SACRIFICIO.
Bueno, en un juego que trata la muerte como eje central de la segunda mitad del juego, el curso normal es que los protagonistas tengan que enfrentarse a ella, presenciarla, sufrirla, soportarla, etc. Elegid el verbo que queráis.
Y Persona 3 lo sabe porque, quiero decir, usar la amenaza constante de la muerte en una narración para que luego no pase nada es un poco como pensar que tu tren de Renfe va a llegar a la hora a su destino, una decepción segura.
Eeeen fin, el caso es que la muerte es algo que asusta. La mayoría del tiempo lo pasamos ignorándola, como si nunca fuera a llegar, y claro, es normal, nuestras vidas son largas, pero ahí está. Es comprensible temerla cuando te pones a pensar en ella. ¿Qué pasa cuando mueres? ¿Cómo se sentirá? ¿Qué hay más allá? Preguntas muy ominosas para las que no tenemos respuesta. Es un concepto que asusta e infunde respeto, tanto la tuya como la de otros seres queridos.
La muerte solo deja atrás a los que siguen en vida. Uno se va y el resto continúa el camino. Y es inevitable pensar: ¿y ahora qué? Ya no está.
Persona tres plasma estas preguntas y este sentimiento en su narrativa, utilizando la muerte de un personaje como punto de inflexión para varios de los protagonistas.
Ken aceptando la pérdida de un ser querido y haciéndole frente al duelo.
De hecho esta entrada del blog es para dejar claro lo mucho que me gusta este arco. Cierto personaje se sacrifica por el bien de Ken, y su muerte impacta mucho a dos protagonistas, los cuales acaban por crecer muchísimo emocionalmente.
Cada uno tiene sus propios ideales respecto a lo que significa hacerse fuerte pero ambos coinciden en una cosa, y es que aprenden que no se puede huir de todo eternamente. Huir de la realidad solo trae desdicha. Con lo cual, Y CONECTANDO CON MI ENTRADA ANTERIOR, DECIDEN ENFRENTAR LA MUERTE AMIGOS, ES QUE ESTE JUEGO ES CINE PURO.
De hecho, más tarde, otro de los protagonistas sufre otra muerte de un ser querido. Este evoluciona en pleno momento, y, aunque más tarde procesa el duelo y uno de los protagonistas tiene que recordarle que espabile, tenemos otro ejemplo de cómo el juego utiliza el sacrificio para forzar un crecimiento personal en cada personaje.
Quizá "forzar" no sea la palabra, pero sí que los protagonistas acaban llegando a las conclusiones correctas precísamente porque valoran los sacrificios de sus seres queridos y respetan a la muerte. Independientemente de la situación. Al final cuando alguien ya no está, deja atrás a muchas personas, pero estas tienen que seguir adelante, porque así es la vida. Porque simplemente es así. No hay otra. No puedes quedarte por el camino. Las personas que ya no están no querrían eso para nosotros.
Y bueno, amigues, lo único que me dejo en el tintero es el tema del triunfo sobre la muerte, pero creo que ya lo expliqué en la última entrada así que sería como sobreexplicar una cosa para creerme guay. No me mola mucho eso a mí.
Pero bueno, como último apunte, me gusta cómo el juego plantea a la muerte como algo de lo que temer, un concepto que genera una desesperación insuperable, algo ineludible. Pero por otro lado, eso no quita que en el fondo sea una tontería. La muerte nos alcanza a todos, y si bien es imposible de salvar, es suficiente con que no tengas dudas. Tengas claro quién eres, a dónde vas, o ni siquiera eso, que hagas con tu vida lo que quieras. Que estés satisfecho. Ese es el verdadero triunfo sobre la muerte. Los protagonistas bien es cierto que tienen alrededor de 17 años y se ven obligados a plantarle frente muy de golpe, a tener claro lo que tienen que hacer, pero en un escenario normal de una persona normal con una vida normal, se tarda.
Ni yo mismo tengo claro qué quiero hacer con mi vida y ya llevo un cuarto, pero no pasa nada, al final se trata de buscar tu propio sentido, y la promesa de muerte va estar ahí. Simplemente tómate tu tiempo.
Un abrazo, amigos.
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